
A medida que aumenta el tiempo de manejo, la reacción disminuye así como la capacidad para procesar información y calcular distancias y velocidades.
José Luis Alarcón Vela
El cansancio generado por la falta de descanso y de sueño, los embotellamientos, el calor excesivo o la deshidratación, entre otros factores, están detrás del 30 por ciento de los accidentes de tráfico, por encima de otras causas como el estado de las carreteras o las condiciones meteorológicas adversas. El principal problema del cansancio es que se trata de un enemigo silencioso. De hecho, la mayoría de los conductores no identifica sus síntomas.
Entre las 4 y 6 horas de conducción, el tiempo necesario para calcular las distancias y las velocidades aumenta en un 63 por ciento, el tiempo de reacción aumenta un 86 por ciento, y se reduce a un 60 por ciento la atención selectiva y la capacidad de procesar información relevante para la conducción.
La falta de hábitos como descansar cada dos horas, hacer estiramientos y tomar líquidos (sin alcohol) incrementa entre un 10 por ciento y un 14 po ciento el riesgo de sufrir un accidente.
Al cabo de 17 horas despierto y en actividad, los reflejos disminuyen tanto como si tuviéramos 0.5 gramos de alcohol en sangre, por ello la necesidad de descanso es importante y vital después de largos periodos de conducción.

Photographer: Nelson Ching/Bloomberg
Desencadenantes del cansancio tras el volante:
- La falta de sueño
- La ausencia de descanso durante los trayectos largos
- Las comidas copiosas y pesadas
- La deshidratación
- El consumo de alcohol
- La ropa inadecuada
- El excesivo calor y luz de las horas centrales del día
Reconoce la aparición de la fatiga si…
- Sientes necesidad de moverte y cambiar de postura constantemente mientras conduces
- Tienes sensación de brazos y pies dormidos
- No paras de tocarte la cara o el cuello
- Sientes malestar y cansancio general
- Tienes tensión en el cuello
- Te pican los ojos y parpadeas de forma constante
- Tienes zumbido de oídos
- Te “pesa” la cabeza
- Comienzas a sentir somnolencia, bostezas y te estiras con frecuencia
- Te equivocas al cambiar las velocidades
- Te cuesta concentrarte en el camino y realizas maniobras casi inconscientes
Cómo evitar su aparición

Photographer: Brent Lewin/Bloomberg
- Antes de emprender un viaje largo, duerme lo suficiente. No te pongas al volante después de una jornada de trabajo sin haber descansado.
- Carga el equipaje en el coche la noche anterior a la salida. Evitarás arrancar por la mañana con un estrés suplementario porque no entran todos los bultos, porque se alarga la tarea de carga y ya sales con un retraso que no había previsto.
- Al volante viste ropa cómoda y ancha. Las prendas estrechas y ajustadas impiden la libertad de movimientos, pueden dificultar la circulación de la sangre y generan estrés en el conductor.
- Procura no viajar en los momentos del día en los que el nivel de vigilancia es menor, esto es, entre las dos y las cinco de la madrugada y entre la una y las cuatro de la tarde.
- Evita las horas más calurosas del día para viajar, sobre todo si tu vehículo no dispone de aire acondicionado.
- Ajusta bien el asiento, las cabeceras y el volante.
- Conduce a la velocidad recomendada (cuanto mayor es la velocidad, mayor atención se requiere y antes aparece la fatiga).
- Mantén la temperatura interior del coche entre 20 y 21 grados.
- Si tomas medicamentos, comprueba si afectan a la conducción.
- No te engañes, la música fuerte o el aire fresco en la cara sólo sirven para maquillar temporalmente una realidad.
- Cada dos horas, o cada 150 ó 200 kilómetros, realiza paradas de entre 10 y 15 minutos. Las personas mayores deben parar cada hora u hora y media.
- Si viajas con niños, las paradas deberán ser más numerosas que en una situación normal. Los más pequeños no entienden y, si se aburren, están cansados o no se encuentran bien, dan la lata alterando los nervios del conductor.
- Para que el descanso sea efectivo, cuando salgas del auto, camina, muévete y realiza algún ejercicio. Si tienes síntomas de somnolencia, no lo dudes, una pequeña siesta de entre 15 y 20 minutos son lo mejor para restaurar los niveles de vigilancia.
- Refréscate la cara con agua fría.
- Evita las comidas copiosas y pesadas.
- Tan importante como no comer en exceso es evitar la hipoglucemia, es decir, unos niveles muy bajos de azúcar en la sangre. No obstante, tampoco abuses de productos azucarados.
- Los glúcidos -féculas y azúcares- favorecen la somnolencia entre media y una hora después de su ingesta.
- Bebe agua en abundancia para que la deshidratación no cause fatiga muscular y somnolencia.
- Nunca pruebes el alcohol si vas a conducir.
- Ten a la mano algún caramelo o chicle para tomar cada cierto tiempo.
- Lleva siempre lentes de sol.
Fuente: Autos EF